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jueves, septiembre 28, 2006

San Cosme y San Damián...

26 de septiembre, día de San Cosme y San Damián. Bunbury tiene una interesante canción con ese titulo.

“Desplegamos
los mapas de todos los sueños
nos volvemos a encontrar
en un punto
entre San Cosme y San Damián…”

Hoy me saludo un viejo compañero de la primaria, me preguntó si me acordaba de el y le dije que ‘claro que si, que me recordaba que era muy molesto’, solo que no podía acordar de su nombre. Me pregunto cómo estaba, qué había estado haciendo, cómo me iba en la escuela. Bien, muy bien, gracias. Pregunté lo mismo, para enterarme que se había unido a las cifras de los que no podemos (podíamos, en mi caso) terminar la preparatoria, y que, para no sentirse tan inútil, trabajaba medio tiempo en un taller de soldadura que queda a una cuadra de mi casa, a dos de la suya, si mal no recuerdo.

“Un enjambre de estrellas
para que no te pierdas
talismanes contra toda clase de males
y un christmas de navidad
que sepamos dónde estas…”

¡Ay, que recuerdos! Cuando todo era más fácil, menos complicado, cuando no tenia que discutir con mi mente y defenderme de fuerzas invisibles. ¡Cómo no acordarme de ti, si es posible que hayas sido el primer tipo que me haya gustado! Pero bueno, eso tu no lo sabes. Fue realmente corta nuestra conversación, Hola, que haz hecho, escuela, trabajo y ¡adiós! Vives tan cerca de mi casa, y es muy improbable que vaya a visitarte, o que vuelvas a pasar por mi casa con intención de saludar. Pero fue bueno saludarte, siempre me caíste muy bien. Más que eso.

“Como un verano que pasó
que empiezo a echar de menos
como una cucharada de sal
que se disuelve en zigzag
en el mar…”

Ahora que lo pienso, los chicos que me gustan por lo general tienen las mismas características, taciturnos, (delgados y altos, he de mencionar) curiosamente “necesitados” de mi, pero siempre con sus intereses muy alejados. Y yo, como la estupida a la que me gustar jugar, y porque no, ser; cubro sus necesidades y me permito enredarme, hasta que ya no me necesitan más y se van. Acabo de encontrar su fotografía, la de mi primer y “gran amor”, aun no estoy segura.

“Y es tan frágil la voz
y es tan débil que soy
como una urna de cristal
que se va a quebrar…”

¡Damián! ¡Su nombre es Damián! Ahora lo recuerdo… se llama Damián, recuerdo cada uno de sus problemas con su padre y su madre-vegetal, que jamás hacia nada por el… Hola Damián, ahora lo recuerdo… un poco tarde.

“los lobos hacen jauría
y es poesía de voracidad…”

“♫Larilará… lara… larilará… lara…♫”

POST SCRIPTUM

Sí, se que dije que ya no escribiría “buenas cosas” pero no pude evitarlo. Sí, se que estaba peleada con la escritura, pero me nació escribir esto, que puedo decir, fue irresistible. Sí, se que dije que ya no sentía lo mismo, pero hay cosas que simplemente no pueden morir, y aunque quiera ocultarlo, esto es algo que llevaré por el resto de mi vida. Ahora solo tengo que saber si hablo de escribir, o de aquellos sentimientos que se niegan a morir, y que solo me constipan el corazón… creo que son ambos.

sábado, septiembre 23, 2006

Jigai




Mi egoísmo ha sido victima de la insipiente indiferencia que me invade.

Ahora no me importo ni yo misma, soy tan invisible como me siento.

Seppuku contra mi alma. Invalidé mi presencia en un segundo de olvido.

Regurgito mi existir una y otra vez, y siempre sabe a lo mismo:

Amargo y espeso, cada vez es más difícil de tragar.

Las diosas solo desaparecen cuando se olvidan de ellas (si es que aun te interesa saber mi temor).

Hoy no recuerdo haber nacido, haber sido, haber muerto.

Hoy ni la intención queda.

lunes, septiembre 11, 2006

¿Será? Naaa... Yo soy así...


La distimia

Distimia, de unas palabras griegas que significan "humor perturbado", es uno de los trastornos más abundantes en nuestros tiempos. Se emplea el nombre de distimia para calificar una alteración del estado de ánimo que tiene los siguientes síntomas:

  • Altibajos del estado de ánimo, con tendencia al estado de ánimo irritable o deprimido. La persona distímica suele ser enojadiza, y con tendencia a estar triste o deprimida.
  • Inapetencia o compulsión por las comidas
  • Baja autoestima
  • Sensación de desesperanza
  • Dificultad para disfrutar de las cosas positivas de la vida. La persona distímica tiene atolladeros para llegar a considerarse plenamente feliz.
  • Trastornos del sueño: el sueño no acaba de ser reparador. La persona distímica se despierta varias veces, y suele hallarse cansada por la mañana.
  • Problemas de concentración. La persona distímica acostumbra a percibir problemas de memoria y de concentración, aún para actividades lúdicas (ver una película, por ejemplo).
  • Tendencia a las somatizaciones. Cefaleas y vértigos son las más frecuentes, junto a los estados de fatiga crónica.
  • Incapacidad para la toma de decisiones.
  • Aislamiento o fobia social, falta de locuacidad, pérdida de interés por actividades placenteras o por la actividad sexual.

La distimia, también llamada distimia depresiva, no es sino un estado casi depresivo, derivado de una situación de estrés continuado. Acontece en personas sometidas a tensiones constantes, o en personas extremadamente autoexigentes, para las cuales cualquier situación se convierte en estresante.

Con ella no hay reglas fijas. A veces la cosa más pequeña puede desatar un auténtico huracán, pero si está deprimida no le afectan los problemas más graves, se queda como sedada cuando está en una crisis depresiva, aunque más tarde reacciona terriblemente también a eso. Pero casi lo peor es cuando todo el mundo es feliz, cuando un golpe de gran fortuna nos sonríe o simplemente cuando te rodean pequeñas cosas agradables.

El trastorno distímico es uno de los más frecuentes entre los trastornos depresivos, que a su vez tienen una alta prevalencia. Se considera que puede afectar a entre un 3 y un 5% de la población. El inicio suele ser temprano. Aparece con doble frecuencia en mujeres que en hombres, sola o asociada a otros trastornos psiquiátricos, sobre todo depresiones severas. Es frecuente en su evolución el deterioro social y el abuso de sustancias como alcohol y otras drogas.

Puede durar semanas, meses o años. Hay personas que han estado así prácticamente toda su vida. Algunos autores hablan de "personalidad depresiva" en estos casos. Muchas personas con distimia llegan a creer que "ellas son así", y no identifican la distimia como una condición patológica, sino como un estado normal de su forma de ser.

La distimia es causa frecuente de malestar personal, y de malestar familiar. Las personas con distimia suelen estar irritadas, agresivas, con facilidad para entrar en discusiones, y con una baja tolerancia a las frustraciones. Con frecuencia se las califica de "amargadas".

Las personas con trastorno distímico pueden ser tratadas mediante psicoterapia, pero también con el empleo de los antidepresivos modernos. La distimia se debe a un fallo en los mecanismos de regulación del estado de ánimo, debido a un mal aprovechamiento de uno de los neurotransmisores cerebrales, la serotonina, en la zona cerebral que se cuida de moderar los cambios de humor. El déficit de serotonina se acompaña de una serie de trastornos, que pueden ser: anorexia, depresión, fobias, obsesiones, bulimias, distimia, crisis de pánico, y otros. La distimia es un trastorno menos grave que los otros, pero su característica de perpetuarse en el tiempo la convierte en muy molesta. Por otra parte, casi siempre, a la larga, acaba derivando en un fenómeno más grave: depresión mayor, o crisis de pánico, por ejemplo.

Se considera que los trastornos relacionados con el déficit de serotonina pueden afectar al 30 % de las personas. La distimia sería el más frecuente de ellos.

La distimia es una patología que dura años. Son escasas las personas que se recuperan completamente. Lo habitual es que el tratamiento, sin resolverlo completamente, mejore significativamente el cuadro clínico, precisando el mantenimiento de la terapia de modo crónico. El empleo de medicamentos antidepresivos específicos para la conservación de la serotonina, que son los que se usan de forma prioritaria en los últimos 10 años, ha servido para corregir un trastorno que, sin ser grave, provoca una amplia disfunción en cuanto a la calidad de vida de gran cantidad de personas. Tales fármacos, combinados con una psicoterapia encaminada a potenciar el pensamiento positivo, permiten que las personas distímicas corrijan su propensión al desánimo y a la fatiga, y puedan sentirse plenamente satisfechos en cuanto a su calidad de vida. Sin tratamiento, lo habitual es que la distimia evolucione a una depresión mayor, llamada "depresión doble". Si esto ocurre, el paciente puede llegar a ser un peligro para su propia salud, ya que tenderá al intento de suicidio en las fases más agudas de la enfermedad

martes, septiembre 05, 2006

Profusa queja...



Estoy altamente decepcionada de mi facultad. Yo se que es muy pronto para eso, apenas si tengo el mes, pero es la primera vez que tengo expectativas tan altas respecto a algo y ese fue mi error, se que no debo de esperar anda de nadie, mucho menos de una facultad. Pero realmente pensé que al entrar ahí se expandiría aun más mi universo de ideas y que estaría entre las personas más “intelectuales” e interesante, y me encuentro con una universidad donde su himno es el “Atrévete-te-te”. Y para terminar el cuadro dantesco el horario que me toco, que en primera me deprimió y me hizo sentir una autentica perdedora; y en segundo echo a perder aun mas mi ritmo de escritura (y de vida). Veo poco a mis padres (bueno, no es TAN malo) y escribo poco, las ultimas semanas he alimentado a mi blog y espacio con pensamiento pre-digerido e inventado por otras personas. Y mis novelas, bien gracias, mas estancadas que nunca.

Para colmo de males, encontré un disco donde tenia escritos viejos, en particular uno que me gusto mucho, y al parecer va rumbo a Colorado, o Irak… en la laptop de mi mejor amiga… Así que por esta vez, esto es lo mejor que puedo ofrecer a mis pobre lectores, si es que existen…