Ensenada.

Mi intención era escribir la aventura que fue ensenada, pero cuando busqué en mi memoria me di cuenta de que, del primer día, tengo una cantidad exorbitante de lagunas mentales, si falta detalles… no es mi culpa, sino del tequila.

Llegué barrida a la escuela, según yo. Ya había hecho coraje con todo el mundo: con mi mamá por no levantar a mi papá a tiempo, con mi papá por meterse a bañar cuando le dije que se me hacia tarde, y conmigo por no hacer las cosas cuando debería. Pero bueno, ese no es el punto.

Como siempre, Arturo, salvándome la vida… era el único conocido (que me importara, claro) que ya estaba ahí. Después de perder valiosísimos minutos de nuestras vidas, el camión se dignó a aparecer. Casi antes de irnos, llego Celeste y la vida se me ilumino. Total, nos largamos, bye Mexicali.

Primera parada: Tecate... Tanto el municipio como la fábrica. Lo único bueno de eso es que me compré unos Lucky® y un Rockstar®, MI combinación ganadora (ruda y sexy). En lo que salían los otros tipejos de su recorrido me la pase diciendo y escuchando pendejadas. La pendejada mayor fue la de Arturo… “Si fuera vieja, me metería al gimnasio para esta bien buena y me haría lesbiana… y filmaría películas porno de lesbianas” entre otras como que las mujeres que están buenísimas tienen más éxito que una mujer que es inteligente pero fea. Le encanta bajarme la moral. Pero me tragué mis tacos de papa con huevo… y me quedaron bien “pinche buenos”. Nos largamos al siguiente destino, más aburrido que el primero.

Segunda parada: Los estudios Fox de rosarito. Dicen que no importa el donde, sino con QUIEN estas. En los estudios Fox esto es mentira. Es el inverso de Disney… “Los estudios Fox son el lugar más mierdoso de la historia”. Lo más interesante fue la seudo casa del terror, que si me dio terror… caerme y darme un madrazo, porque no veía nada. La guía decía sus diálogos tan mecánicamente que fácilmente la podría confundir con el robot de “perdidos en el espacio”. Lo único rescatable fue el barco de “Master and commander” porque tenía vista al mar y a un atardecer hermoso e impresionante… las mejores fotos que tomé son de ese lugar. Una parada al Subway para comer… y dar vueltas como… bueno, cada quien da vueltas como quiere. Después de un ratote, nos largamos.

Tercera parda: ¡Ensenada, por fin! Ya me tenían harta los idiotas del salón que iban cantando “baby te quieroooouuuooo” entre otras. Estaba harta de estar sentada y de estar sobria. Llegamos al hotel, bajamos maletas, y a hacer papeleo… bueno, el Arturo, yo me quedé a fumar. Una vez terminados los tramites burocráticos y las debidas transacciones monetarias… oooora si, a subir todo. Una vez cómodamente instalada (o sea, tirada en la cama con los pies en la pared y con la cabeza colgando) me empecé a poner enfadosa, no comenzaba la acción y no sabía por qué… hasta que lo descubrí ¡No estaba Donovan y no había cheve! Como podía algo llegar a ser remotamente divertido sin esos elementos básicos. No podía hacer nada por Donovan, venia en el Obreromóvil. Así que cruce la calle hasta el mercado que estaba enfrente y compré la botella de tequila más barato que encontré; bendita sea la Viuda de Romero. Ella seria la culpable de toda la acción de esa noche… y de este post.

Primera laguna mental.

Arturo y Celeste se fueron a “caminar”, estaba Donovan, Obreros, el Vecino (si, el tacleado) y empecé con el tequila. Después de eso todo es nebuloso. Así que pasaré a la parte donde estaba más ebria que un cosaco. Casi arrastrando me metieron al cuarto y me dijo Donovan “ahorita venimos, vamos a comer tacos” y me quedé dormida. Cuando abrí los ojos, estaba la luz prendida y había demasiada actividad en la habitación. Cuando me di cuenta, Celeste me estaba abrazando y dando besos en la frente… mi primer pensamiento fue “¿qué está pasando?”. Al parecer estaba cayendo en una congestión alcohólica, porque tenía un frio encabronado y no paraba de temblar, aun cuando traía tres chamaras y estaba cobijada hasta la cara.

Hasta ahí me acuerdo. Ya después publicaré lo demás. XD