Desubicada...

Tengo que admitirlo, no puedo congeniar con toda la gente. Y no es que no lo supiera desde antes, solo que esta noche lo note con toda su fuerza… Fue el cumpleaños de mi amiga Angélica (¡Felicidades!) y ahí estaban sus nuevos amigos, curiosamente sus amigos jamás me han caído bien.

-Disculpa, ¿tienes un tatuaje en tu cuello?

En realidad es un tatuaje temporal que me hice en playa, pero me encanta mentirle a la gente y reírme de su reacción.

-Sí, es un tatuaje

-¿Y no te dolió?

-No

-¿en serio? Porque he escuchado que duelen mucho.

-Creo que estaba muy drogada para sentir algo- Y me empiezo a carcajear como suelo hacerlo cuando digo una burrada de tal magnitud, pero me doy cuenta que todos me miran con cara de asco y miedo. Fue ahí cuando lo recordé, soy muy diferente a las demás personas. No creo que hayan entendido mi chiste de “Nietzsche está muerto, Atte. Dios” pero al menos lo intenté.

Creo que debo seguir congeniándome con la gente que me entiende, no estoy dispuesta a pasar por la loca del grupo otra vez. Antes lo disfrutaba, pero ya no me parece agradable… menos cuando intentas dar una buena impresión y todo te sale al revés.

Aaaah, ya es tarde, aunque me bebí un RockStar® y creo que no dormiré hasta después de algunas horas. Mañana tengo otra “fiesta” de casa de mi amiga Claudia que también cumplió años (Felicidades a ti también <3)>así que tengo tiempo para practicar el ser lo más natural y extravagante posible… si me van a mirar con asco, que tengan justificación.