I must be Emo...

Últimamente, como los seis meses pasados, he estado muy rara. Si, mas de lo normal. Independientemente de que alguien lo notara (o importara) o no, yo si lo he hecho, no había querido decir nada porque me parecía bastante intrascendente y porque no, cursi, comentarlo con alguien mas que no fuera cualquiera de muy múltiples personalidades. Pero antes de comenzar la cátedra del porque me siento diferente, hablaré un poco sobre la preparatoria. (Si, estoy traumada con todo mi pasado.)

Cuando entre a la preparatoria la primera vez tuve la suerte de estar en el mismo salón que mi mejor amiga de la secundaria, la transición no fue muy difícil. Pero como todos los seres humanos normales, mi mejor amiga necesitaba encontrar nuevas (y porque no, mejores) amistades y yo no entraba en tal categoría. Obviamente detestaba a sus nuevas amigas, lo que me motivo a alejarme de ella e intentar lo mismo por otro lado, pero solo obtuve como resultado meses de aburrimiento. Afortunadamente me encontré con las personas más hermosas del mundo, que supieron ganarse un lugar en mi corazón. Batallaron, lo se, con ellos me hice mucho del rogar; las condiciones en las que me encontraba no era las propicias, pero a ellos les valió. Después… pues ya sabe lo que paso… tuve que irme.

Cuando volví a entrar a la preparatoria las cosas habían cambiado un poco. Lo admito, estaba temerosa, pero lo supere. Ahí me fue mas fácil hacer amigas, no tanto porque las buscara, simplemente era imposible no querer a esas niñas como las quiero. Son tan abiertas, trasparentes… inmediatamente me dieron cabida en su mundo. Con ellas me permití demostrar un poco más mis sentimientos, mientras que con mis amigos me llevo casi el año y medio en dejar que me abrazaran, con ella me llevo apenas seis meses. Lo considero natural, ya que acaba de pasar por una fase muy dura en mi vida.

Insisto, yo jamás he buscado amistades, al contrario, ellas han venido a mí. Y no es porque quiera sostener mi postura de antisocial, es porque en realidad así ha sido. Obviamente bendigo incesantemente a esas almas caritativas por brindarme tal obsequio, creo que me hubiera perdido a mi misma hace mucho de no ser por ellos. Es mas por orgullo que no busco amigos. Pero si los necesito, como todos.

El punto es… desde que entre a la universidad (y por darle una fecha, la uni no tiene nada que ver) me he vuelto indescriptivamente sensible, no me la paso llorando día y noche, (pero si lloro, mucho, y por cualquier cosa como… comerciales) pero si siento mucho mas las cosas que antes, incluso me he vuelto mas apegada con mis amigos anteriores y con los que acabo de hacer, me he convertido en un moustro de dar abrazos, soy cursi… boba. Y no es que piense que haya algo de mal en eso, simplemente que: 1) no creo que sea justo para mis amigos que ellos hayan tenido dificultades para acoplarse a mi y recibir mi atención y cariño y que las circunstancias hagan que otras personas tomen el camino fácil y 2) Me es muy difícil acostumbrarme a este cambio, ya que siempre he sido la fuerte en… ¡todo! y ahora no soy mas que una “corazón de pollo”.

Quizás sea una regresión, una prueba inequívoca de que estoy falta de cariño o estoy madurando. No sé y sinceramente no me importa, solo quiero que no empeore y que pueda controlarlo. No logro comprenderlo… ¡que alguien me explique!