Tres dias de mala suerte

Estos últimos días han estado asquerosos. La mayoría de la gente ya lo sabe, pero como me encanta contar mil veces la misma historia, la volveré a contar.

Día 1: Me encontraba en mi casa, “volviéndome loca en esta habitación, a punto de cometer suicidio” como claramente lo decía mi mensaje personal del mensajero, mas me hubiera valido hacerlo porque ese seria el primer día de una racha de malos días. Como sea, llego la iluminación, la esperanza… llego Fernanda desde la cuidad de México y me invita a hacer nada en su casa ¡perfecto! No hay en este mundo (o en el otro) que sea mejor que hacer nada con tu amiga del alma. Y ahí voy, en mi flamante Cavalier color azul “Tio Joe”. Lo más saludable en ese momento era ver una película… así que nos vamos al maldito blockbustermainstream a rentar una película. Esta vez no duramos una hora en escoger la película… como la ultima vez. Rentamos “music & lyric” muy buena, por cierto. Total que cuando salí de la tienducha feliz porque mis días de aburrimiento se habían terminado… ¡oh por dios! la puerta del conductor estaba abierta y mi cartera (que estúpidamente deje en carro porque me dio flojera andarla cargando) ya no estaba. Tire a mi amiga a su casa y me fui a levantar una denuncia.

Día 2: Después del desastre del día anterior pensé que me merecía distráeme un poco, así que regrese con mi amiga Fernanda a ver la película que no vi. Después de la película y el tragadero tome la decisión unilateral de ir a visitar a nuestra querida amiguita Claudia. El papá de Fernanda insistió en llevarnos en el pick-up. Llegamos y estaba cerrado, estuvimos gritando como locas (bueno, nomás yo) y nunca que salio Claudia… ahí vamos al pick-up otra vez. Y al quererme bajar… se me atoro un pie quien sabe como y al piso fui a dar… debo admitirlo, fue tremendamente gracioso, pero me dolió un chingo. Lo que mas me dolió fue el estomago, de tanto reír. Aun así no fue bueno.

Día 3: ¡aleluya! Pusieron películas nuevas e interesantes en el cine… mi primera reacción fue gritar y después decirle a alguien que me acompañara… Joy no pudo pero mi siempre fiel amiga (y compañera en la mala suerte) me dijo que si. Pero mi sacro santísimo padre dijo que no, muchos días de “fiesta” y a parte se llevo el carro, así que tuve que quedarme como hongo en la casa.

Mi mala suerte va de mayor a menor, ahora voy a salir otra vez… espero que ya se acabe la mala suerte. Y espero que se me noten mis 20 años, porque si me piden identificación…