El curioso caso de la Putita Stoner.

No se necesita haber vivido mucho para sentirse viejo. Soy uno, a lo mucho dos años mayor que muchos de mis amigos. Uno que otro es coetáneo y alguno más será mayor que yo. Y aun así me siento vieja. No paro de pensar en ellos como niños inexpertos, irónicamente, la inmadura soy yo. Aun así me siento vieja. Me gusta imaginarme con la cómica imagen del anciano punk y la abuelita rockera. Bastante ridículo. Y no he vivido ni la mitad de mi vida.

Supongo que la culpa es de mis compañeritas de primaria, que corrían conmigo en busca de consuelo y consejos, ¿yo que podría decirles, si teníamos la misma edad? Habíamos pasado por las mismas etapas, íbamos en el mismo salón… era igual de ignorante que ellas. Me atrevo a decir que incluso ellas eran más experimentadas que yo, en todos los sentidos. Siempre he sido lenta, sobre todo en lo intelectual. Cuando todas tenían novio, yo todavía jugaba a la casita; cuando mis compañeras se depilaban las piernas, yo me preguntaba que me regalarían en navidad. Pero no, para ellas yo era la madura, la inteligente, la centrada. Órale, ahí va mi consejo. Milagrosamente nadie se quejó de mi mala praxis.

No se en que momento pasé de se una niña “madura y centrada” a ser una adolescente “grosera y problemática” pero así fue. Desde entonces mi madre no se cansa de recalcarme que “no entiende para que me sirve tanta inteligencia” si no hago nada con ella. La verdad no se como demostrar que no soy inteligente. No se qué tendré que la gente piensa eso de mi. ¿Cuándo en la vida se ha visto que alguien no quiera aparentar inteligencia? Heme aquí, en plena demostración de mi imbecilismo, solo para que me digan que “navego con bandera de pendeja”.

Y no conforme…. Hoy en día mi papel es el de “adulto que se niega a madurar”. Muchas personas, de manera directa o indirecta, me lo han dicho: MADURA. Entonces me pregunto: ¿si era una niña madura, qué me pasó? Puede ser que en realidad mis amiguitas hayan sido unas idiotas… y confundieran mi seriedad con madurez (Ok, definitivamente eran unas idiotas, hasta yo lo se) y todo este tiempo me engañaron y me engañé pensando que realmente era madura. Mi otra teoría comprueba el párrafo anterior. ¿Existe la manera de perder la madurez? ¿Algún tipo de involución o “maduración inversa”? Tiempo atrás esta teoría tal vez hubiera sido novedosa, ahora no es más que un sátira de “El curioso caso de Benjamín Button”. Aun así, me gusta pensar que en algún punto de mi vida fui madura, que no estaba tan mal después de todo.

A veces discuto al respecto con mi hermano. Me dice que debo de buscar hombres maduros, porque salgo con niños que no saben lo que quieren. Según el, soy una mujer madura. Yo sigo sin entender los rasgos característicos de la madurez. Siempre me imagino un hombre en traje y corbata, con su maletín y zapatos italianos, hablando de negocios, cerrando tratos, la bolsa de Wallstreet, etc; definitivamente NO mi hombre ideal. Eso deja ver que soy una tonta. Y sigo sin entender. Las personas que yo considero maduras porque tiene un empleo y son responsables resultan ser unos idiotas de cerebro seco y sin intelecto que terminan dejándome porque no me quiero comprometer, o no queremos las mismas cosas. Las personas interesantes, inteligentes, de buena charla y “mucho tiempo libre” (por no decir desempleados) resultan ser unos idiotas porque no tiene claro quiénes son o qué quieren y terminan dejándome porque no les doy suficiente espacio o simplemente necesitan “encontrarse”. PUTA MADRE… esto es realmente cansado.

Más que vieja, me siento harta. Harta de esa búsqueda inalcanzable de quien sabe qué. Y es que vivir es mucho más difícil de lo que te cuentan. Debes ser inteligente, fuerte, madura, astuta, tener calle o colmillo… todas esas expresiones ridículas para decir “experiencia”, debes de estudiar pero te recuerdan que la escuela no lo es todo… sales de la escuela y te tienes que poner a trabajar, porque el dinero no crece en los arboles. De repente te empiezas a sentir muy solita, y es cuando tu mamá o tu mejor amiga te dice que te hace falta una pareja ¡Bonita cosa! Entonces, a parte de todos los atributos anteriormente mencionados, necesitas ser interesante, divertida, atractiva e intentar parecer única en un mundo híper poblado. ¿De dónde carajos se saca la fuerza para hacer todo eso? Es cuando mi madre me dice “no aguantas nada, yo a tu edaaaaaaad…”. Supongo que por eso soy inmadura. Porque no aguanto nada.

De cierta manera me asusta que la madurez sea algo irreversible. Si tuviera la certeza de poder regresar a un punto en mi juventud, podría hacer el esfuerzo por madurar. Pero que tal si ya no puedo hacer eso, si al madurar perdiera todo lo que pienso y lo que creo. Si consagrara mi vida al trabajo, la familia, la casa, el auto y los hijos. Eso me horroriza, mas que la idea de un día despertar y descubrir que todos son zombies. Una vez comenté en un bar que yo no me suicido porque tengo muchos planes, que la única cosa que me orillaría al suicidio seria perder la razón. Si yo ya no tuviera la capacidad intelectual para llevar a cabo mis planes, mi vida no tendría sentido y me metería un bala justo en medio de los ojos. Creo que la segunda opción seria verme vieja, añorando mi juventud y todas aquellas cosas que quería hacer y no hice, por hacer las cosas que debía hacer.

Entonces, ¿qué soy? Una inmadura, con temor al compromiso, inestable emocionalmente, de corta capacidad intelectual. Creo que esa es la etiqueta más grande que me he puesto. Y lo peor es que me vale madre. Y lo demuestro con 988 palabras.